Desnuda tu piel para besarte el alma en nuestro lecho ceñida en tapices, amor
ternura infinita tu piel reclama
palpar paso a paso toda tu epidermis,
sentir tu piel de un sabor frenético, perpetuo
caricias del viento se ciñen a nuestros cuerpos desnudos
así, sin palabras solamente percibiendo
la perfección de tu cuerpo,
unos senos perfectamente torneados y agraciados,
bañados por una cabellera negra creada de obscuridad y de rebeldía,
un vientre de textura sedosa como la delicadeza del huerto
recorriéndolo con expectación merecida, con treguas ecuánimes,
con deleite alcanzado,
piernas largas y prestas franqueando el camino de la existencia
mons veneris selva anegada, erótico combate,
emociones encontradas donde la luna en su morada
festejaba desde la cumbre de su altivez,
temblor de los cuerpos ansias desfogadas postrero a la dulce espera
a la tierna alegría en el roce de las miradas,
los gemidos se dispersan en lo etéreo de la noche
de nuestras bocas suspiros quedan pegados a la futura evocación,
usé mi acero para la lidia acometiendo con anhelo, con furia,
con deseo reprimido, con esperanza, con amor bendito,
ella tremenda y prolífica y hechicera y fascinada
entregada en ofrenda voluptuosa y perenne, vehemente y sensual,
oh noche obscura, oh, los cuerpos enajenados
esplendoroso amanecer, acicaló la noche de ternura eterna.
FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
POETA MAESSE
Diciembre 26 de 2020