Mostrando entradas con la etiqueta VIVENCIAS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta VIVENCIAS. Mostrar todas las entradas

domingo, marzo 22

EN LA PRESENCIA DE DIOS TODOPODEROSO


Un relámpago de luz antecedente al trueno que presagia la tormenta y se cuela por la ventana de mi aposento. El gorjear del agua me hizo asomar al balcón pero no había tal lluvia, eran las lágrimas de mis hijos, de mis nietos y de Rosalba que se vertían a raudal por la muerte que una vez más visita nuestra existencia, la madre de la madre de mis hijos, la abuela de mis hijos, la bisabuela de mis nietos -eso va mucho más allá del vocablo suegra- nos abandona por un temporada. Siento una alucinación en la cual esas lágrimas van tornando una corriente rauda que fluye por las calles del viejo barrio Centenario, mientras yo estoy encadenado de pies y de manos, silenciado debatiéndome vanamente. Pero no, no hay veracidad estoy despierto, el tropel de recuerdos invade el desolado espíritu en la noche aciaga sin que el bendito sueño de tregua a la congoja. La lluvia ahora es a cántaros  transfigurándose en tormenta de truenos que se anticipan al rayo porque ya no hay luminiscencia alguna. La neurosis de nuevo campeando en mi alma.

Entre tanta penumbra, las sombras se burlan de mi existencia y juguetean por las paredes buscando que la esquizofrenia haga presa fácil de mi ser en la habitación que inmensamente sola como la eternidad va creando el marco de lo inefable, lo inenarrable se torna realidad y mi habitación se ilumina plenamente, van desfilando con una sonrisa que muestra la felicidad de quienes llegan en sonido melifluo: dulce, suave y delicado, como de arpegios de guitarras. Mi padre entra acompañado de sus padres, los abuelos Pantaleón y Eduarda; todos los 14 tíos y tías que nos anteceden en este trasegar por la existencia. A medida que van ingresando mi morada se va ensanchando para la epifanía. Ahora entran los abuelos Plácido y Concha con los tíos Humberto y Matilde y mi hermana Conchita. Los hechos acaecen a tal celeridad que mi mente no atina a comprender, cuando llegan los abuelos Alberto y Helena acompañados de Tomás, el Negro, Chucho y John, Sonia, y una amplia comitiva de personas que yo apenas distingo pero que se, pertenecen a la familia Castro Bonilla.


La irrealidad me angustia y la iridiscencia genera tal colorido que ciega mis ojos y mi mente, ya por la ventada se cuelan los primeros rayos de luz que anuncian el nuevo día y solo atino a preguntar a mi padre qué está pasando, a lo cual me contesta: -Bueno pues hay que estar de fiesta, a eso vinimos, vamos a dar una serenata de bienvenida a doña Fanny, a su suegra. Hombre no ponga esa cara coja el tiple y como en los viejos tiempos, con su abuelo y con Humberto nos vamos de serenata, cuéntele a Rosalba que Chucho y Tomás ya aprendieron a tocar instrumentos y hacen parte de esta estudiantina que hemos creado. A partir de hoy su suegra Fanny Castro Bonilla goza en la presencia del Dios Todopoderoso.

lunes, febrero 23

ESQUIZOFRENIA…

VIVENCIAS


Luces de mil colores en explosión etérea perturban mi noche de penumbra, son los fantasmas del presente que devienen del futuro y visitan el pasado escrutando el origen de la locura. Mi cuerpo es arenisca que se riega por la infinitud del cosmos, se vuelve lágrimas de sangre que brotan de los labios y suben hasta mis ojos para quedar perpetuamente ciego en la locura frenética de mis angustias. de mis alegrías, pero no, estas huyen y solo dejan espacio al despeñadero por el cual caigo es espiral, esquizofrenia sin fondo, vacío, profundo, nada, caen y caigo sin entender por qué. Gritos que se pierden en un laberinto sin fin, salto a la obscuridad sin fondo, lobreguez, desesperación, impotencia, sensación de la no existencia, no soy nada, la explosión final de luces que alucinan las penumbras del nuevo día… esquizofrenia.

Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE

Febrero 22 de 2015

miércoles, febrero 18

LOS SENTIMIENTOS SE CONJUGAN EN EL TRANSIBERIANO




























La  bitácora de viaje me deja embelesado, tres días a Novosibirsk desde Moscú, allí nos espera el Encuentro de los Jóvenes Científicos de los países de la Cuenca del Pacífico en el cual presentaré ponencia acerca de los recursos naturales en nuestra Latinoamérica. Me pierdo por los vericuetos de mi evocación (mi familia y mis hijos tan lejanos) y la noción del tiempo pareciera desaparecer y verlos correr a mi encuentro con su bracitos abiertos queriendo cortar las distancias cuyos límites no existen, todo se reduce a un espacio y un distancia que no parecen tener fin.

Es mi evocación, es el recuerdo de mi travesía por la antigua Unión Soviética y el grupo de latinos ansiosos por el siguiente tramo del recorrido dentro de la programación de la Escuela de Verano: Moscú – Novosibirsk. Esa noche la pasamos en blanco literalmente hablando, solo tres horas de “oscuridad” moscovita, los corazones latían de manera singular, no era de poca monta el saber que el Transiberiano nos esperaba y que tendríamos que recorrer unos cuatro mil kilómetros por la mágica ruta de la cual se tejen múltiples historias y leyendas y se han hecho algunas películas.

Un rugido se escapa desde el silencio de mí alma, nadie percibe nada, una embriaguez y un dilema me asaltan el ánimo. Novosibirsk, más tarde sería Najodka, el Pacífico, el Mar del Japón… incumbe indiviso el devenir tan distante y apartado, y… será la primera vez que estoy en el mar, no lo he conocido en mi Colombia… que paradoja del destino.

Partimos de la estación de trenes de Yaroslavsky en Moscú en una mañana fría de apenas 5 grados, pero el calor lo teníamos en el espíritu y el entusiasmo nos brindaba la más absoluta placidez; tiempo para conversar con los compañeros de viaje, tiempo para degustar viandas exquisitas de la región por dónde íbamos rebasando kilómetros y más kilómetros, tiempo para degustar el Vodka ruso, tiempo para elucubrar nuestra utopía revolucionaria y tiempo para admirar la belleza del paisaje. Afuera, un denso olor a carbón y hollín flota en el aire, credencial inconfundible de un viaje con aroma propio.

Son impresionantes las azafatas, rubias, ojos claros, esbeltas y vestidas con faldita azul oscuro y chaquetica roja, recorren parte del tren ofreciendo diversos pasabocas y bebidas. Se advierte una actitud amable en sus gestos, nos entendemos muy bien a través de una compañera que estudia en Moscú y habla perfectamente el ruso.

En mi compartimento viajamos un mexicano, regordete y bajito, dicharachero y agradable, un peruano, escritor periodista serio y aconductado políticamente y un boliviano de ajos azules y rubio (en serio) y bueno, un colombiano (yo) hablando hasta por los codos (eso me decían) un cuarteto sinigual para compartir amenamente. Al calor del vodka creamos la “cuarta internacional de Siberia”; después dirían que los latinos somos los más grandes mamadores de gallo. Debatíamos acerca de  cuál sería la bebida más consumida en la Unión Soviética entre las candidatas, el vodka y el té… bueno la verdad ganaba de lejos el té

En la medida que nos alejamos de Moscú y nos acercamos a Gorki el tren ha desarrollado una alta velocidad. Las luces difusas de la lejanía traen consigo la somnolencia, el meneo del tren, el calorcito del compartimente, el vodka consumido, el silbar del tren y las falditas de las azafatas… ganan terreno…

Algunos compañeros de viaje: el venezolano, un flojazo de gran humor, el chileno académico y seriote, el español el más bacano de todos con sus extravagancias de compartir el marxismo en caricaturas pornográficas; la cubana linda e ingenua a morir, un ecuatoriano retraído y silente. Bueno pasaban a nuestro compartimento o nosotros íbamos al de ellos y el fin es el mismo compartimos el mismo sueño, la misma utopía la universalización del modelo socialista.

A primera hora de la mañana del día siguiente (3 a.m.) las luces de un sol atormentado por tan poco sueño nos avista el macizo de los Urales como telón de fondo, la frontera natural Euroasiática y al lado derecho el amarillo tan cercano y tan distante de la frontera china.

Me instalo con el español y el boliviano en el coche restaurante, tapizado en tonos azul celeste y blanco. Suena música pop rusa con un grupo de cuyo nombre no tengo recuerdo pero si el de su música y coros que nada tenía que envidiarle al de moda en el mundo capitalista por aquellas calendas el grupo ABBA. Todos a una pedimos Té helado (lo mejor que existe para la resaca). Comemos un borsh ruso a base de hortalizas y vegetales y pan con café vietnamita que me hace sentir nostalgia por mi café colombiano, que amargura por Dios.

Hora de despertar. La veloz carrera del tren nos aproxima a los dominios de Siberia (más adelante regresaríamos a degustar de las grades estepas) de la Rusia occidental. Al día siguiente tercero y último de esta etapa de periplo el paso del tren parece fatigoso y cansino. Nos deslumbra el paisaje y la pasarela por la cual desfila garbosa la taiga, con sus enormes bosques de abedules que muestra ya los finales estertóreos del verano y la pletórica llegada  del equinoccio de otoño, lo que a mi retina le permite grabar algo indescriptible difuminado en lo etéreo de la nada.

Vamos entrando en la estación de Omsk, cruce de líneas del Transiberiano con el ferrocarril que conecta el sudoeste ruso y Europa oriental. Mi retina sigue degustando con las lindas muchachas “milyye devushki” en cada uno de las paradas. La ansiedad aumenta con la cercanía de Novosibirsk, al amanecer siguiente trasegamos por el puente ferroviario por encima del Ob, el rio de todos los crucigramas colombianos, las luces del alba y el trajín del viaje hacen mella en mis cansados huesos, la resaca de varios días aumenta mi ansiedad. Nos sorprende la más hermosa de la azafatas cuando nos dice con melodiosa voz y en prefecto español: bienvenidos a su ciudad: Novosibirsk. Los sentimientos se conjugan con  el espíritu encogido y el cuerpo dilatado.


 FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
Bogotá, febrero 18 de 2015

miércoles, febrero 4

EL ABISMO DEL TERROR: DEUS LOCUTA CAUSA FINITA


Sentir el frío metálico de un arma de fuego en la sien me sumió en las tinieblas de la condenación, el caos y el desconcierto invadieron mi alma y un halito de muerte musitaba al oído presto a los grotescos gritos del asaltante que hacían eco en el silente avance de las horas nocturnas, fueron instantes de lucha conmigo mismo, el remolino de los acontecimientos me hundía en el abismo del terror. El hombre enajenado totalmente, drogado y desquiciado solamente quería matar, el brillo de sus ojos era de lóbrega esquizofrenia y el aliento pútrido atiborraba el ambiente.

En un instante sin saber de dónde provenían dos personas extrañamente vestidas con uniforme color café y ruana del mismo color, sometiendo al intruso, mientras uno le hacía huir amenazante con arma de fuego en tanto el otro me asistía protectoramente para que continuara mi camino hacia el hogar cercano.

El amanecer del día siguiente, me sorprenden las primeras luces del alba, en medio de la resaca más espantosa, de las tinieblas del recuerdo, del remolino sombrío comenzaron a surgir briznas de  razón dentro de la inconciencia, el instante gritaba desde la niebla que la pasada noche algo non sancto había acaecido. Evocación que vuela al instante en el cual me asaltan, unos hombres salvaguardan mi vida, ante esta luz marcho presto al sitio cercano para indagar por los hombres vestidos de café con ruanas y armados como celadores, que habían salvado mi vida y la sorpresa es grande al conversar uno a uno con los muchos vecinos del sitio donde, todos a una, confirmaba la realidad allí no había celadores y menos con esa descripción dada, nadie había visto jamás a alguien con las características dadas por mí.

¿Qué había pasado aquella noche? Horas antes de la situación relatada con un grupo de amigos libábamos licor en un arcaico cafetín departiendo al son de evocadores tangos. En aquel ambiente surgió un indigente a pedir algo de comer, rechazado por todos los amigos de manera injuriosa yo le llamo y doy unas monedas a lo que el hombre responde colocando algo en el bolsillo superior de mi chaqueta, lo cual no reparo ni doy importancia alguna.

Al brotar este recuerdo retorno al hogar y busco en el bolsillo de la chaqueta y para sorpresa mía encuentro allí, dejado por el mendigo la noche anterior, poco tiempo antes del asalto, una estampa del Ángel de la Guarda. Deus  locuta, causa finita.

Fabio Alberto Cortés Guavita

Bogotá, febrero 4 de 2015

miércoles, enero 28

AJEDREZ, TANGOS Y AMISTAD

VIVENCIAS DE POETA MAESSE

La vieja rockola molía un añejo tango: “Ladrillo está en la cárcel el barrio lo extraña…” un  ambiente turbio y contaminado por la nube de humo que flotaba como avieso toxico por arriba de la cabeza de los contertulios y la vieja cantinela, era el tango favorito del “Negro Genaro”, quien empecinadamente volvía a su apertura del Gambito de Dama y yo Igualmente terco recurría a la defensa Tarrasch  como tantas noches de juego en el viejo cafetín el CAMPEÓN del barrio Olaya Herrera de la antigua Bogotá de los años 60.

Ahora el turno era para el tango que a mí me fascinaba por aquella época, “Jornalero” de Pepe Aguirre, el chileno que cantaba la primera canción protesta que me marcaría,  estilo que imprimiría una marca en mi rumbo por muchos años de mi vida, “…es amargo cuando dice un holgazán, si te gusta bien y si no te vas…) en otra de las mesas del cafetín trenzados  en otra partida, mi hermano Hernán y el amigo Tinoco.

Fue el juego del ajedrez algo que unió por aquellas calendas a dos líderes que más tarde estaríamos unidos por la afición más importante de nuestras vidas: el fútbol y el barrio Centenario. (Recién se había inaugurado el torneo de fútbol por parte de Genaro denominado Amistad del Sur).  Los dos amigos, contestatarios y rebeldes, el “negro Genaro” de profesión plomero y yo a la sazón ebanista en la fábrica de muebles de mi padre.

Después de una aguerrida lucha en la cual el Gambito de Dama agresivamente se desenvolvía y una cerrada defensa que demostraba una vez más la teoría de los exegetas del juego ciencia que afirmaban que a pesar de las críticas la defensa Tarrasch bien dirigida, en el peor de los escenarios, lograba forzar unas tablas, jaja, bueno, para algo debía servir la ebanistería…

Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE

diciembre 30 de 2015

miércoles, enero 21

LA MUERTE SUSURRÓ AL OÍDO




Aquella tarde ya lejana en el recuerdo, al recibir la noticia del accidente de mi hijo sentí el frío del acero atravesando mis músculos, mis sienes, mi alma; sentí que las luces enmudecían bajo la antorcha de la muerte. El viaje a Barranquilla fue  como la trayectoria hacia el ocaso, el avión que nos llevaba a mí y a la madre de mi hijo pareciera que viajará por las riberas inclinadas de la Eternidad.

Una vez allí el rumbo a Santa Martha fue como el grito desgarrador de la muerte susurrando al oído, el viaje no logrará nada van a llegar tarde y las sombras escondidas nos asaltaban desde la playa y el mar rugía de dolor, el alma se alteraba y estallaba en mil pedazos, en un silencio abrumador, no hablábamos nada, cada uno sumido en su propios pensamientos y la imagen  del hijo que corría pequeño en busca de los brazos de sus padres hacia presencia omnímoda. La etapa final hacia el hospital fue más larga y eterna, el camino sin fin por las arenas del mar de la muerte en cuyas tristes ansias se ofrendaban los últimos laureles.

El germen del dolor estaba instalado en la pútrida esencia del miedo  como si el corazón fuera la piedra esculpida de una Esfinge; la pléyade de recuerdos se vaciaba  en el misterio, al pie de ese hospital, vencido por el Dolor y  la Muerte rondando los pasillos solitarios, fríos y con el olor de la muerte. Al entrar a urgencias lo vimos en la camilla herido pero salvo, herido pero VIVO.

El corazón estalla en mil colores, traducidos en requiebros de paz, DIOS gracias Señor por dejarlo a nuestro lado, ya nada inquieta la paz de nuestros corazones: ¡Cuán bello es todo! Al escuchar su voz serena sonó la calma solitaria, una armonía irreal llenaba nuestros corazones, una armonía escapada de los brazos inertes del Misterio. Gracias SEÑOR por esta armonía cósmica, escrita por las manos de Dios en el destino, en el pentagrama de la providencia Divina.

Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE

Bogotá, enero 21 de 2015

jueves, enero 15

UN VIEJO TANGO POR UN BUEN TRAGO


El humo del cigarrillo flotaba en el ambiente turbio y fatuo al vaivén de las copas y las viejas cantinelas, desbordantes de dolor y de despecho… “ahora, cuesta abajo en mi rodada…” eran épocas de estudiante, de amigos de cantina y desengaños, al caer la noche corríamos prestos al cafetín del  barrio y allí estaban galantes un par de  guitarristas a la espera de quien entonara un viejo tango de arrabal y de nostalgia y quien más oportuno que este ser, pronto a cantar por un buen trago para el grupo de amigos, que noche a noche al salir de clases teníamos esa cita con el destino en la penumbra “… el viejo tiempo que lloro y que nunca volverá”

Fabio Alberto cortés Guavita

POETA MAESSE
Bogotá, Colombia. Enero 15 de 2015

jueves, diciembre 18

FIDEL ABSUELTO POR LA HISTORIA BRINDA POR LA LIBERTAD

FIDEL ABSUELTO POR LA HISTORIA BRINDA POR LA LIBERTAD
(Rememorando a la Cuba de 1979)
Por Fabio Alberto Cortés Guavita


El vuelo llegaba desde Lima, sobrevolamos la paradisiaca Isla por espacio de una hora, la tormenta que no dejaba aterrizar y la angustia hacia metástasis en nuestros corazones. Más allá de la sensación de temor por el atasco, surgía el alborozo por la ansiedad largamente vivida, por estar en la tierra firme,  de la Cuba de Martí, de la Cuba de Fidel, de la Cuba de la dignidad y de la libertad. Mi periplo iniciado el Lima días antes continuaba, rumbo a Moscú, en busca de la solidaridad por los países socialistas de la época gritando desde el corazón, mientras exista un solo hombre que tenga la ardentía de levantar su voz sobre el silencio vil y despreciable de los enemigos de las ideas.

En los cauces insondables del pasado, el recuerdo de la imagen del sembrador, del  más augusto en la hora insondable de la historia, a escasos metros su figura imponente daba a mi alma el sentimiento más recio que el tumulto despertado a su paso vitoreando Fidel, Fidel… gritos que vibran y repercuten más allá del momento histórico del cual hicimos presencia y pugnamos siempre continuar ese férreo ejemplo de lucha por la libertad de nuestros pueblos.

Las ideas son vida, las ideas prolíficas de Fidel al frente de una utopía marcada por las fecundas simientes de una revolución en marcha, de la ilusión de todos los latinoamericanos que siempre creímos en Fidel, en Che, en Camilo y en esa pléyade de hombres valientes que afrontaron la furia de la bestia, la saña del omnipotente y abyecto yanqui, que hoy después de 53 años da un primer paso en el reconocimiento de la ignominia, del deshonor y de la infamia cometida

Hoy en el recuerdo de calendas añejas el grito vuelve a vibrar y repercute más fuerte que la historia, ese grito solitario es más recio, es el grito de las águilas que trepida más alto que el rumor tumultuoso de las olas en el malecón de la Habana, es el viento que baja desde la Sierra, es el Che redivivo, es Camilo resurgiendo de la cenizas, es Fidel inmortalizado y absuelto por la historia; es mi grito de libertad, es mi grito por la libertad.

FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
POETA MAESSE

Bogotá, diciembre 17 de 2014

jueves, diciembre 11

APRESURÉ EL PASO - VIVENCIAS


Una semejanza con mi Bogotá natal lluviosa y fría, pensé y apresuré el paso, rumbo a la Plaza de Bolívar en el centro de Lima, ciudad colonial de mañanas grises; observando a lado y lado con la premura que da saber que la tarea a realizar, es en cierta medida oculta, dadas las condiciones de inseguridad y las denuncias a presentar, misión: la búsqueda de la solidaridad internacional.

Los atropellos del estatuto de seguridad en la Colombia de finales de los años 70 ignominiosa situación plagada de persecución, desapariciones y torturas, el vivir en carne propia tal persecución me llevaba camino al encuentro con los camaradas peruanos, a denunciar lo que Colombia callaba de manera cómplice, solidaridad internacional para quienes creíamos en un país más justo y equitativo, lejos de los abusos del poder, de militares y civiles en contubernio.

Vuela mi pensamiento hincado en recuerdos de vívida experiencia, plagada de compañeros golpeados los unos, cautivos los otros, y torturados los más, sin perder de vista al enemigo poseído del odio más violento guiado por la mano del verdugo de la democracia.


Mi rostro helado por el frío se cortaba hiriente por al aire, pero el corazón pulsaba henchido y vehemente ante la posibilidad cierta. Persevero rebelde. En esa frecuencia de violaciones y humillaciones, no va mi existencia... Ella sigue la inclinación, la llamada del deber; camino por las calles solitario y altivo hacia la meta en busca de la verdadera libertad… apresuré el paso…

FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
VIVENCIAS

jueves, diciembre 4

MIS SUEÑOS LIBERTARIOS - VIVENCIAS


Corría el año de 1960 cuando, en el baño, por vez primera y a escondidas de padres y abuelos degusté una a una las palabras del panfletario Vargas Vila en su obre sencilla y plena de romanticismo: Aura o las Violetas.

Escudriñe una y mil veces sus demonios sin hallarlos, busque insaciablemente el pecado y jamás pude tropezar con él, me pregunté una y mil veces por qué ese odio, por qué tanta persecución al hombre maldecido y desterrado. Ah… cuanta tristeza en el alma que congoja en aquel entonces y me ofrendé a la búsqueda uno a uno los textos de la obra de El Divino, del Maestro José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, y fueron devorados por mis ansias juveniles.

Así hallé a un hombre rebelde, misógino quizás, pero por encima de todo un feroz crítico del modelo derechista que los EEUU imponían en nuestra América Latina sin sensatez alguna y comprendí el valor de Verdad y de Libertad en los discursos del Maestro, entendí por qué el Panfletario y de allí en adelante estos dos vocablos, estos dos principios se convertirían en la base de mis devociones, de mis futuros escritos, de mi rebeldía, pero por sobre todas las cosas en  mis sueños libertarios…

Fabio Alberto cortés Guavita

Bogotá, Colombia. Diciembre 4 de 2014

sábado, noviembre 29

ABUR CHESPIRITO…CHAVO DEL 8 - VIVENCIAS

ABUR CHESPIRITO… Chavo, Chapulín, Chompiras, Chambón, Chapatín, Chaparrón, hasta la vista…


Parece que fue ayer cuando mi padre a carcajada abierta disfrutaba las ocurrencias del chavito y nosotros sus hijos iniciábamos el camino de la alegría de la mano de Chespirito y sus personajes… luego vendrían mis hijos y mis nietos y como en Fuenteovejuna todos a una…Hoy el corazón rebelde incólume, se siente maniatado y dolorido. La evocación punzante de un pasado ya casi desaparecido  en familia. Sobre la roca del destierro ondea, desplegado a todos los vientos de la ausencia el emblema rojo del Chapulín. Bajo los cielos vibrantes de la América, se desencadenó, entre ellos, una procesión de sombras dolorosas y terribles... y el desfile de todas las personificaciones de Chespirito, reclaman el último aplauso, el más sincero, el más prolongado, el más doloroso.

Poeta Maesse
Fabio Alberto Cortés Guavita
Bogotá, noviembre 29 de 2014


martes, noviembre 25

LIBERTARIO - VIVENCIAS




Al caminar en la inmensidad etérea de la desértica Bogotá de los años 50, a solo cuatro cuadras del hogar me sentí el niño viajero del espacio, había abandonado mi casa por vez primera, solo en mi soledad me sentía anonadado, las calles me pare...cían los vericuetos más extraños y en ese trasegar encontré una grandilocuente carpa, me deslumbré con el gigantismo de un elefante y su parsimonia al andar, la monstruosidad de un viejo y desdentado león, las piruetas de unos monos ridículos, gocé las banalidades de unos payasos, me sentí libre y libertario; fue aquella vez que conocí el circo de la vida.

Poeta Maesse. Bogotá nov. 12/14
Ver más

CASONA DEL HORROR - VIVENCIAS



La vieja casona, al píe del Salto del Tequendama* se erige hermosa a la luz del día y se transforma con las sombras del anochecer en un sitio de horror, aquella vez… (1955) me despertó el clásico sonido de unas carambolas de billar y la risa de los jugadores, el tic tac del reloj que conduce las almas hacia su destino marcaba las 12 en punto y afuera la lluvia caía a cántaros como diría el tío Benedicto, nuestro anfitrión, el silencio eterno precedía a la tragedia cuando de la mesa de billar saltó el monstruo enigmático y solemne con su mirada de loba en celo, hiriendo mis sienes se apoderó de mi cuerpo lentamente, paso a paso, desgarrando con sus filudas garras mi abatido corazón tenso y mustio y fue succionando la sangre, los sentidos, los sentimientos y la angustia.

El bullicio de la familia al escuchar mis gritos y desembocar en la estancia del billar no encontró nada ni nadie, los espíritus del horror se habían desplazado una vez más hacia el aposento de los muertos y a mí me quedó el recuerdo terrorífico de aquella noche… bueno, y la afición por el billar.

Poeta Maesse. Bogotá nov. 14/14
* A escasos kilómetros de Bogotá
Ver más
 —

EMBRUJO DEL CAMPO - VIVENCIAS


Evoco los primeros pasos de una niñez lejana cuando en familia nos íbamos por el páramo de Chipaque*, pleno de frailejones, geranios silvestres y cardos: verde y más verde en los cerros tutelares de la Bogotá de mis amores, a pocos minutos de la sabana pletórica de tinguas, ranas y copetones; ahora llegábamos al pueblo del abuelo materno: El embrujo fascinante del campo pletórico de amor y recuerdos ancestrales en el cual el abuelo nació y creció antes de viajar a la gran ciudad a crear una inmensa familia que hoy la conformamos más de 130 orgullosos herederos.

Fabio Alberto Cortés Guavita.
Bogotá nov. 16/14
*Oriente de Bogotá
— 

Mis viajes