HAY AMORES QUE NUNCA MUEREN
Hay amores que se tornan imbatibles
con el paso de los años, se
resisten
al destino y a los daños,
como espuma que se crece en el tiempo,
allí progresa la esperanza de mis años,
crece y crece lo que siento hoy por ti.
Ay amor, mi vida daría yo por abrazarte
y tenerte un instante entre mis brazos,
poseerte eternamente, separados del mundo
pero aquí juntos y muy dentro de mí,
ay mi bien, como un planeta
se disuelve en el cosmos,
en la eternidad infinita
así anhelo deshacerme yo en tu piel.
Hay pasiones que cuando llega el frío
inclemente del invierno, florecen indulgentes,
inmortales y perennes en el tiempo,
y en las sombras de la noche reverdecen,
en otoñales fulgores que dan vida a los
inconmensurables instantes de amor,
esto siento yo por ti a pesar del tardío
reencuentro con la vida.
Mi bien, nunca olvides el mar, la luna y el sol
que en la infinitud del tiempo,
en los días y en las noches
en invierno y en otoño
en primavera o en verano,
han sido testigos mudos de mi llanto,
de mi amor eterno y de todos
los recuerdos que mi alma guarda de ti.
Ay amor, como olvidar aquel instante
en el que el sino perverso separó nuestras vidas,
y tu camino de victoria se alejó raudo,
dejándome una estela de desdichas,
una vida plena de tristezas
con la anuencia de tu olvido
solo a mí me tocó sentir el desamor
y vivir la presencia de la muerte.
Sin embargo hay amores que nunca mueren,
cuando todo indica que se acaban, se remozan
se acrecientan y florecen
y en los tiempos otoñales reaparecen,
cual fantasmas en las noches del dolor,
atormentan y engalanan la existencia,
así es el amor que mi alma siente
en esta noche ante el recuerdo
de tus besos y caricias,
así es el amor que aún siento
hoy por ti...
Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE
allí progresa la esperanza de mis años,
crece y crece lo que siento hoy por ti.
Ay amor, mi vida daría yo por abrazarte
y tenerte un instante entre mis brazos,
poseerte eternamente, separados del mundo
pero aquí juntos y muy dentro de mí,
ay mi bien, como un planeta
se disuelve en el cosmos,
en la eternidad infinita
así anhelo deshacerme yo en tu piel.
Hay pasiones que cuando llega el frío
inclemente del invierno, florecen indulgentes,
inmortales y perennes en el tiempo,
y en las sombras de la noche reverdecen,
en otoñales fulgores que dan vida a los
inconmensurables instantes de amor,
esto siento yo por ti a pesar del tardío
reencuentro con la vida.
Mi bien, nunca olvides el mar, la luna y el sol
que en la infinitud del tiempo,
en los días y en las noches
en invierno y en otoño
en primavera o en verano,
han sido testigos mudos de mi llanto,
de mi amor eterno y de todos
los recuerdos que mi alma guarda de ti.
Ay amor, como olvidar aquel instante
en el que el sino perverso separó nuestras vidas,
y tu camino de victoria se alejó raudo,
dejándome una estela de desdichas,
una vida plena de tristezas
con la anuencia de tu olvido
solo a mí me tocó sentir el desamor
y vivir la presencia de la muerte.
Sin embargo hay amores que nunca mueren,
cuando todo indica que se acaban, se remozan
se acrecientan y florecen
y en los tiempos otoñales reaparecen,
cual fantasmas en las noches del dolor,
atormentan y engalanan la existencia,
así es el amor que mi alma siente
en esta noche ante el recuerdo
de tus besos y caricias,
así es el amor que aún siento
hoy por ti...
Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE
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