Recorrer las calles todas las noches
se ha tornado en una tortura por la cobardía,
la noche grita lo que las bocas callan
es el valor de quien todo lo sabe,
frente al silencio de la cobardía.
No es una condenación, es la triste realidad.
Salir a caminar por senderos de incomprensión,
esperará en la calle de siempre
luego se irá caminando despacio
para que nadie se de cuenta de su cobardía
nadie llegó… una vez más.
No es ceguera, es que nadie ve la realidad,
El cortejo fúnebre marcha bajo la lluvia
y nadie sabe como duele ser quien se va
quien quedará a solas para siempre en el panteón,
abandonado eternamente entre tinieblas
todo por la cobardía.
Ni un diluvio puede deshacer tales desventuras.
Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE
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