Triste atardecer que muere en lontananza
se va entre nubes exangües y afligidas,
en progresión irisada rojo sangre
que se funde con las tinieblas de la noche
penumbra de la hora del crepúsculo vespertino.
Triste forma de agonizar los sueños
volando entre íncubos alucinantes
incorporándose entre luces difusas
lentamente mueren en los estertores
de tapices purpúreos del pasado.
Triste vencimiento de la existencia
revivido en calendas fantasmales
tinieblas que trastornan el alma,
al desaparecer del sol entre lo difuso
semejante al esfumarse de la vida.
Poeta Maesse
Fabio Alberto Cortés Guavita
Bogotá, diciembre 16 de 2014
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