Anoche entre la penumbra y mi sueño
volví al colegio que vio nacer nuestro amor,
recorrí salones y pasillos
testigos mudos de nuestras caricias,
el viejo salón del teatro testigo infalible
de tu entregas, me miro extrañado
tal vez al verme solo,
acostumbrado a vernos juntos
entre las bambalinas haciendo el amor
y creando cultura para la causa
con el teatro revolucionario de Santiago.
En lento trasegar llegué hasta el patio
y allí erigida está aún la tarima
en la que tu hermosa voz
entonaba las canciones revolucionarias…
y las baladas de amor,
allí done yo te brindaba
mis primeros poemas de amor,
y donde las arengas hacían que osados políticos
como Guillermo y Emilio me acogieran
como el líder estudiantil
para la creación de una nueva realidad.
En el terrible silencio de la soledad
el silencio me vio disfrutar de nuevo los aplausos;
a tus cantos y a mis discursos,
en esos momentos de gloriosa evocación
me descubrió el viejo velador,
el envejecido amigo de los años tiernos
de nuestra primavera,
cómplice de nuestra causa.
Inquirió por ti y allí se derrumbó mi noche triste,
y lloró conmigo cuando le conté que a ti,
amor mío, te habían adelantado
el viaje al infinito, los perros del régimen,
y la noche rompió su silencio
con truenos y el rugir de cántaros de agua
mezclados con mi llanto.
Acaso lavando las conciencias
de cuantos allí siguieron mi causa
y de cuántas vidas, que se entregaron
en aras de la utopía, de la causa que los dos,
amor, anidamos en ellos,
los vi y quizá en el más allá están contigo
y yo aquí desde mi soledad solo puedo gritar
desconsolado,
a dónde fueron a parar nuestros sueños?
adónde está nuestra utopía?
en dónde está nuestro amor?
adónde estás amada mía?
Fabio Alberto Cortés Guavita
POETA MAESSE
Colombia
Mayo 28 de 2017
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