¡Oh evocación! dulce forma de
repetir lo hermoso, los fugases instantes que de gloria llenaron mi existencia;
sus ojos negros cual obscuridad profunda; sus cabellos sombríos en
larga y
hermosa cascada; pura, avivado capullo, antagonista de la flama que brota con
la vida; impoluta más blanca que el aura nívea de la pureza; el sueño es
hermano de la muerte: fuliginoso el despertar incierto, plagiario absurdo de
las obscuras fuentes del silencio. El paso del tiempo sana la más mortal de las
heridas, sólo que en el recuerdo estará siempreviva la esperanza.
Fabio Alberto Cortés GuavitaPoeta Maesse1980
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