Sentir lo insondable de tu mirada
la profundidad de unos ojos brujos
como el cielo de tus amores,
gozar la redondez de tus senos
pócimas de secretos vividos
una y mil veces en nuestras noches,
recrearme con la delicia de tus carnes
entender el significado
del mirar, del ver y degustar
perennemente, eternamente
el perfume de tu cuerpo
siempre tu cuerpo… tu piel.
Ver la perfección de tus caderas
al ritmo de tu deseo y mi lascivia,
la tersura de tu piel
el nacimiento de tus piernas
el deseo que me tortura
que me eleva y me transporta,
goce pagano el nuestro
en el centro del origen
del sitio idolatrado
donde mis boca encuentra
tus labios ansiosos
por la locura pasional.
Recorrer con mis ojos tu cuerpo
es revivir tu plenitud con mis manos,
tenerte toda enteramente
es redimir la creación del universo,
esclarecer el misterio de la vida
entender el porqué de la muerte
y elevar la imposibilidad eterna
lo que no podrá el tiempo ni el espacio
borrar la silueta de tu cuerpo
de mi cama, de mi mente
la silueta de tu alma en mí.
Tu piel es faro que guía mis instintos
en las sombras de mi largo trasegar
en la búsqueda del placer
que me brinda tu epidermis en celo,
el calor de tu pasión
los gemidos guturales
de tu entraña poseída y deleitada
en instantes efímeros y eternos
donde todo lo invento
cuando pienso en ti.
Fabio Alberto Cortés Guavita
Bogotá, Colombia
Septiembre de 2009
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