Gabriel
García Márquez se preguntaba alguna vez: “¿Qué clase de misterio es ese que
hace que el simple deseo de contar historias se convierta en una pasión, que un
ser humano sea capaz de morir por ella, morir de hambre, frío o lo que sea, con
tal de hacer una cosa que no se puede ver ni tocar, que al fin y al cabo, si
bien se mira, no sirve para nada?”
Ese
misterio, diría yo, está en lograr trasformar la realidad, me explico, una vez
te pones a escribir no quieres parar, es un pasión, un deleite y en tratándose
de una vivencia real propia o ajena que se convierte en una buena historia, en
un cuento para contar, solamente en el momento en el cual se transforma en algo
emocionante, formativo, sentido, alegre, triste o tenebroso, no importa cómo,
pero que sea en algo que agrade a alguien.
El
propio GABO dijo alguna vez frente al realismo mágico y su interpretación que
lo importante es entenderlo desde el punto de vista realismo, es decir, partir
de la realidad y volverlo mágico en la medida que el escritor tenga la
capacidad de crear y recrear una situación y convertirla en algo para ser
contado y mejor aún para ser leído o escuchado.
Fabio
Alberto Cortés Guavita
POETA
MAESSE
Bogotá
1980
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