YO. - Enfrentar
la muerte del asesino
produce angustia
y desesperación,
es el deber que
llama en las noches,
eternas noches
que duran años
en la espera de
decidir el último plazo.
CONCIENCIA. - Hoy
debe morir el asesino no más espera
se vencen los
plazos en la última noche
del encierro.
YO. - La noche de
plenilunio entrega
sus últimos rayos
de luz en un beso lastimero
de entrega
postrera.
CONCIENCIA. - No
habrá más horas de llanto,
no más lágrimas
no más sangre
que devienen del
torrente
que baña la luna
roja inundando
la penumbra.
YO. - La luz es
ahora silente con rayos de plata
enrojecidos por
el crimen que debe ser castigado.
CONCIENCIA. - El
eco del disparo recorre la inmensidad
eterna de la luz
cabalgando en olas de dolor
de venganza y de
placer.
YO. - La bala
penetra en el océano de la espera,
en un piélago de
desesperanza
y en su recorrer
desgarra distancias
eternas de
olvido,
leguas de mujeres
engañadas.
CONCIENCIA. -El
asesino está muriendo en un eterno grito
desconsolado de
tiempo perdido
y pasado.
YO. - La noche se
hace más obscura
y el túnel
conduce
al infierno en
castigo merecido
la velocidad del
fin es lenta y dolorosa,
años de suplicio
devienen del futuro,
la tiniebla llega
y allana el grito
de dolor
despliega vuelo en alas
de terror.
CONCIENCIA. - Enfrentar
la muerte del asesino
cierra mis ojos y
muero en el suplicio
del
arrepentimiento luengo y feraz.
YO. - Él si verá
la luz del nuevo amanecer
que irrumpe y
destruye la tiniebla,
vivo y desafiando
los abismos
eternamente.
Fabio Alberto
Cortés Guavita
POETA MAESSE
Bogotá, febrero
28 de 2015
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