y yo amaba a su mejor amiga
ella insistía e incitaba mis sentidos
y yo caía en sus brazos, enajenado,
las caricias viajaron por nuestros cuerpos
maravillando los placeres de la piel.
El día que uní mi vida con su amiga
enloqueció de dolor y partió
sola en las mañanas y en las tardes
en las noches y en la vida
hasta encontrar un amor de engaño
a quien unió su vida sin amor.
El paso de los años no pesó en sus recuerdos
el día que de nuevo estuvimos cara a cara
pudo más el deseo y el ardor vehemente
dejamos a la pasión entrar en nuestros cuerpos
rodando por el mundo sin testigos
gozando lo ajeno hasta llegar al fondo
El tiempo separo nuestros destinos
hoy no sabemos que paso con ese afecto
acaso el amor tampoco llenó las existencias,
fueron vanos los intentos por encontrar
la felicidad real, alejados para siempre
¿Acaso será feliz? yo no he podido serlo
FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
POETA MAESSE

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