MI DIVINA NIÑA |
Mi mano furtiva se deslizó entre su blusa,
hasta alcanzar sus senos,
la piel se erizo y ella desabrochó la blusa
la piel se erizo y ella desabrochó la blusa
dejando al descubierto un par de hermosas gardenias
que yo ansiosamente adoré,
recorrí su vientre con mi boca
y pronto me encontré entre sus divinas piernas
recorrí su vientre con mi boca
y pronto me encontré entre sus divinas piernas
navegando en un mar
embravecido en olas de pasión,
degustando las mieles de su sexo.
embravecido en olas de pasión,
degustando las mieles de su sexo.
FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
POETA MAESSE
No hay comentarios:
Publicar un comentario