Duele cuando la sangre ya no llama,
la sangre ausente se torna ingratitudy me convierte en un ser de esperanza
ante mi amiga soledad;
en la cual ya no hay tristeza
no existen lágrimas en mi entorno,
todo lo echo al olvido
para expiar las culpas,
así mis poemas cumplen el sino
de exculpar mis penas
una manera de escribir el dolor,
para hacer gritar el silencio de la sangre.
POETA MAESSE
FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA
Funza, Colombia
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