Corría el año de 1960 cuando, en el baño, por vez primera y a
escondidas de padres y abuelos degusté una a una las palabras del panfletario
Vargas Vila en su obre sencilla y plena de romanticismo: Aura o las Violetas.
Escudriñe una y mil veces sus demonios sin hallarlos, busque
insaciablemente el pecado y jamás pude tropezar con él, me pregunté una y mil
veces por qué ese odio, por qué tanta persecución al hombre maldecido y
desterrado. Ah… cuanta tristeza en el alma que congoja en aquel entonces y me
ofrendé a la búsqueda uno a uno los textos de la obra de El Divino, del Maestro
José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, y fueron devorados
por mis ansias juveniles.
Así hallé a un hombre rebelde, misógino quizás, pero por encima de
todo un feroz crítico del modelo derechista que los EEUU imponían en nuestra
América Latina sin sensatez alguna y comprendí el valor de Verdad y de Libertad
en los discursos del Maestro, entendí por qué el Panfletario y de allí en
adelante estos dos vocablos, estos dos principios se convertirían en la base de
mis devociones, de mis futuros escritos, de mi rebeldía, pero por sobre todas
las cosas en mis sueños libertarios…
Fabio Alberto cortés Guavita
Bogotá, Colombia. Diciembre 4 de 2014
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