Aquella
noche
de abatimiento y presto a dejar llorar el dolor en un cántico de amor, se dejó
llevar por la musa de sus ensueños. Esparciendo allende de la realidad
fragmentos de vívidas emociones, pensamientos unas veces, sueños otras, y más
allá el subconsciente dictando y confundiendo la realidad con el deseo, la
irrealidad de las noches de insomnio, la soledad poblada de espectros, la
ansiedad pletórica de engaños en la cual estaba rendido, al pie del patíbulo en
el cual había
muerto
ya.
Poeta
Maesse
Noviembre
16 de 2014
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