miércoles, febrero 25

EN BUSCA DEL MISTERIO DE LA VIDA


EN BUSCA DEL MISTERIO DE LA VIDA
Cuando salieron por primera vez ella se entregó en sus brazos: - ¡Oh! la emoción de su cuerpo divino reposándose en mí, vestida de rojo como un arbusto de coral –rumiaba él- la tome en mis brazos y la recosté, cayendo de rodillas y besando con bestial locura en sus labios, en su garganta, en sus senos palpitantes y erectos. Ella se otorgó plena y amorosa, pero él pensando en ella no quiso -lo que a su entender sería profanarla- pues pareciera que  estaba en busca de algo.


-¿Qué había pasado en ella? que de una manera tan frágil cedía a sus embelesos, y las manos de él acariciaban la tersura de sus senos firmes, y su boca se extasiaba en ellos  una y otra vez y  las manos recorrían el camino de la vida en busca de su piel, de sus muslos firmes, y presuroso subía en busca del misterio, de la tortura, de la vida...

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