desde
la atadura sideral del día
la observación me deja herido
la miseria en las calles vacías
de sentimientos plenos, de amor…
rebosadas por la malaventura
la maledicencia es la ordenanza,
todos aparentan no concebir el día
sienten en su indiferencia la paz
la tranquilidad que se torna en desidia
hipocresía de la sociedad
desventura hecha mayoría.
la observación me deja herido
la miseria en las calles vacías
de sentimientos plenos, de amor…
rebosadas por la malaventura
la maledicencia es la ordenanza,
todos aparentan no concebir el día
sienten en su indiferencia la paz
la tranquilidad que se torna en desidia
hipocresía de la sociedad
desventura hecha mayoría.
a la atadura mísera de la tinieblas,
complicidad hecha rabia
dolencia del alma sin ausencia
impotencia presta a la indolencia,
reto del destino, querella despiadada
entre la razón y la sinrazón
entre el deseo por hacer y dejar ser,
maldición de mis días y mis noches
imposibilidad por el hacer
acosado por el revoloteo del orgullo…
ante la impasibilidad del ser.
Poeta Maesse
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